Cautivo

Cautivo

Compartir

Para una amiga

Yo decidí amarte
y entregarte todo de mí
cada partícula
cada átomo
dedicado a ti.
A tu nombre.
A tu sexo.
Yo decidí amarte.
A pesar de ser prohibido.
Recibirte por las tardes,
devolverte por las noches,
y envolverme en soledad.
Mi amor no fue cobarde.
Arriesgué mucho
por salir ganando poco.
Amarte en silencio,
fue amarte a medias.
No hubo tiempo de mostrar mis más puras virtudes.
Me conociste en la intimidad.
Donde se conocen las almas felices, extasiadas de placer infinito.
Quizás ese era yo
o quizás alguien más.
El placer transforma.
Al menos, así me transformaste.
Yo quería más.
Descubrirte más.
Descubrirme más.
Retener el amor
es un acto inhumano.
El amor me rebalsaba por los ojos.
Quería gritar tu nombre
y que alcanzara la luna.
La bombilla
se convirtió en nuestra luna
y el techo en nuestro cielo.
No había más que hacer
que imaginar las estrellas.
Y hacer de cuatro paredes
un nuevo universo.
Nuestro universo.
Quería,
que me conocieras más.
Quería,
ofrecerte más.
Fui amante obediente.
Fui un niño cautivo.
Mejor,
no me hubieras dicho que me amabas.
Confundí el placer con amor,
sabiendo que uno es vida
y el otro, muerte.
Pero es mejor la muerte
que fingir no conocerte.
Un último abrazo,
un último beso
Desraizaste un amor ingenuo.
Qué rápido fue olvidarme
Y dejarme en el desierto
de mutuos recuerdos.
Cada noche y cada estrella
de sonrisas y miradas
de caricias y abrazos
de éxtasis y frenesí.
Te alejaste, sin despedirte
Y mi cuerpo rencoroso
me hizo reprocharme
que alguna vez decidí amarte.
Ahora,
Nuestra luna es solo luz,
nuestro cielo es solo techo,
Las estrellas se esfumaron.
Hoy las veo más cerca
en mi propio universo
Donde no existe un último beso
Y así,
como de lo vivido
preferiste olvidarte,
hoy he decidido
dejar de amarte.

 

 

Comentarios

Aún no hay comentarios. ¿Por qué no comienzas el debate?

    Deja una respuesta

    Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *