Martes, 6 de Junio del 2023
¡YA BASTA!
Ante el incansable asecho y cuestionamiento sobre mi vida personal y sexual a lo largo de los años, hoy, me veo en la penosa necesidad de sobrepasar los límites de mi privacidad, para terminar de una vez por todas con las interminables preguntas y calumnias, escribiendo estas líneas a manera de catarsis.
SI, tengo una orientación sexual diferente.
SI, mi familia y amigos más cercanos lo saben.
Y SI, me apoyan.
Y SI, la mayoría de mis amigos son heteros y eso no quiere decir que sostenga relaciones sexuales con ellos.
Hay una absurda necesidad social de querer etiquetarte para lograr encajarte en alguna comunidad o grupo social. Como si de eso dependiera el tipo de trato que vas a recibir. Ser humanos, y tratar al resto como humanos es lo primordial. Tus valores no pueden ser perjudicados, ni alterados por el género, sexo, color, raza, estrato social, etc. de una persona.
Este es mi día a día. Cada lugar nuevo que voy, cada nuevo círculo al que formó parte, cada nueva persona, cada familiar que visito, cada momento, en cada instante, es una lucha constante contra la aceptación pública y la aceptación personal.
Para un homosexual, a veces soy el que “no se me nota porque me visto muy Hetero” “que ¿por qué te gusta el fútbol? Es de heteros” “Que ¿por qué no se nada de Miss Universe?” “¿Por qué te gusta el Rock? Escucha a Britney Spears”.Para un heterosexual a veces soy el que “No me visto como cochon” “Te gusta el Rock? Pensé que solo Lady gaga estuchabas” “que raro que le gusta el fútbol” “Jugabas muñecas seguro”
Y así, día a día, en un intento de encasillarte; de recrearte en su mente y poder ponerte etiquetas. Te inventan una vida, mil amantes, mil problemas y demás. Sé que esto le pasa a cualquier persona; Pero, para uno es diferente, porque te ven “diferente”. Siempre surge la preguntita molesta “Y vos que sos?”. Y solo alguien que lo vive sabe lo cansado y exhaustivo que es. No quieres dar explicaciones a gente que no forma parte de tu vida. Más por el hecho que no sabes si serás aceptado o marginado. Con un trato condicionado de por vida a tu orientación. Desechado a la nada, al aislamiento. Como si de una persona con un virus se tratara.
Lamentablemente, he tenido que ir cediendo poco a poco. Contestado de manera persuasiva: “Definirse es limitarse”. Y allá cada quien. Que piensen, lo que piensen. He logrado limitar mi grupo de amigos con los cuales me siento cómodo, sin fingir, sin sentirme menos, sin un trato diferenciado.
Mi proceso ha sido más de mi interior que del exterior. Al final, lo de siempre “Ya sabíamos, ¿Y? Te queremos igual”. Fue la respuesta que encontré en la mayoría. Pero me detuvo siempre la realidad social. Me camuflaba.
Si me dieran a elegir, créanme, que desearía ser “normal”. Creo que tendría menos auto cuestionamiento y este sería limitado al de un propósito de vida. Sí, Aún tengo un problema de aceptación por el día a día al que te ves expuesto.
Y más por las cosas que he observado, presenciado, y escuchado.
Gracias a la vida que nunca he sufrido un ataque homofóbico significativo. He convivido con homofóbicos que ni cuenta se dan que están con “el enemigo” y su punto de vista se limita a lo “bíblico” y a qué “los cochones faltan el respeto”. Sin antes hacer una introspección y darse cuenta de que, si de la religión y la falta de respeto hablamos, el hombre tradicional no tiene la autoridad moral de medir a otros.
Es más, en la misma comunidad LGBT+ ALGUNOS quieren que actúes y seas más “Gay”. De lo contrario, aún tenés estigmas Hetero – normativos que no te permiten ser. Mi respuesta a esto es: Que mi personalidad está muy bien definida. No necesito maneras de expresión, ni en ropa, ni en actitud, ni en la música, ni en mi consumo audiovisual, ni en nada. No tengo que ser o hacer más de nada para encajar en uno o en el otro. Simplemente ser YO.
Últimamente, mi familia ha decidido cortar con toda amistad que ataque o invente de mi vida en relación con mi orientación sexual como forma de apoyo incondicional hacia mí.
Agradecido con la vida por brindarme una familia que me apoya en todo este proceso de aceptación. A quienes debo, también, la inspiración y valentía que me llevo a escribir estas líneas. Ya que, sé que para ellos ha sido un tema muy incisivo y de cierta forma complicados. Y aunque ellos mismos me dicen que no le debo explicaciones a nadie, me sentí obligado a expresarme para que ellos sean los que eviten dar explicaciones o evadir el tema como forma de proteger mi privacidad. Y nadie mejor que yo para dar el mensaje a todo nuestro círculo social. Es a mí quien me corresponde y lo hago con absoluta confianza y convicción. Gracias Papá, mamá y hermanos por su apoyo. Los amo.
Por la valentía de ellos y su decisión de llegar a aislarse de sus amistades (de ser necesario). También he tomado la decisión de romper con toda amistad o vínculo que denigre mi integridad como persona. Lo cual, representaba para mí un gran miedo y hoy se vuelve un logro personal. Pues siempre buscaba la aceptación de todos. Hoy busco la mía, y me prefiero antes que nada.
Agradezco a mis amigos. Quienes nunca han tenido un trato diferente hacia mí y quienes siempre me han apoyado, protegido, y abrazado en los momentos más tristes de mi proceso. (Seguramente también estarán diciendo que no debí hacer esto). Ustedes saben quienes son. Los amo.
Sueño con un mundo más humano. Sin etiquetas, sin prejuicios, sin violencia. Con más equidad, con más ética, con más tolerancia. Un mundo donde la subjetividad moral no impida que avancemos como sociedad. Evolucionar es de humanos. Nuestras sociedades cambian. Pero hemos arrastrado con ella la impureza humana de siglos anteriores. Rompamos las cadenas biológicas, sociales y psicológicas, que son los pilares que conforman al ser humano.
Sé que esto no detendrá la habladuría, evidentemente. Más bien, perdí la batalla por expresarme y darles lo que pedían.
Pero al final, es para mí, un cierre de etapa y la construcción de una nueva, LA MÍA.
Gracias por leerme.